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EL VALOR DEL TIEMPO

¿Cuánto vale nuestro  tiempo?   Cuantificar el valor es imposible porque para cada persona es diferente dependiendo de su escala de valores o de las necesidades.  Me gustan las personas que saben dedicarse tiempo para ellas mismas y para su familia y amigos. Vivimos en una época en la que todo pasa muy deprisa no sabemos parar ni un minuto, nos introducimos en la rueda de la inercia que nos lleva a una velocidad de vértigo.  El día tiene 24 horas y algunos dicen que necesitarían  30. Me gustaría que reflexionáramos sobre una buena planificación y organización de actividades y observar los buenos resultados. Eliminar las cosas superfluas que nos roban minutos, hora s, como puede ser el enganche a las redes sociales , es otra manera de aprovecharlo. Las personas mayores en ocasiones se suelen arrepentir de no haber pasado más tiempo con los familiares y los amigos y haber dedicado mucho más de lo necesario al trabajo.  No esperemos a ser mayores para disfrutar y dedicarnos tiempo a  no

LA INMADUREZ Y EL PODER

 

LA INMADUREZ Y EL PODER

Mi amiga Natividad me envió hace poco la reseña de un estudio publicado por la facultad de medicina de la universidad George Washintong, donde haciendo mención a otros del mismo tenor, se afirmaba que el cerebro adquiere su madurez o su mayor potencial entre los 60 a 70 años, debido, entre otras razones, a la capacidad de interactuar de los dos hemisferios cerebrales, así como al consumo de menos energía al concentrarse en los aspectos esenciales.

Sin embargo, al haberlo experimentado, dicha tesis no me resultó extraña, si bien no conocía su base teórico-científica; o lo que es lo mismo, me había dado cuenta pero sin comprender la razón, porque lo primero se experimenta con todo el cuerpo como vivencia,  y lo segundo se conoce con la mente, al punto de que a veces esta engendra un darse cuenta y a la inversa.

De igual forma, comprendí que la falta de madurez cerebral provoca  la insensatez de la mayoría de los jóvenes, que si bien ha existido desde siempre, (Platón decía que la mayor virtud de los jóvenes sería la sensatez si la tuvieran), en nuestros días se prolonga hasta bien entrada la edad adulta, a mi entender, por dos factores principales: la salida tardía del seno familiar, y el entorno de una sociedad presidida por una “falsa imagen de seguridad”, donde prima el placer o el disfrute, como elementos conformadores de una realidad que nos hace habitar  en una especie de limbo como sucedáneo de un  vivir consciente. Por dichas razones, partiendo de la expresión aceptada “la  función hace al órgano”, y ser el cerebro el elemento primordial de defensa del ser humano en relación al entorno, si  se encuentra protegido, no madura, (hoy los hijos suelen madurar cuando pierden a sus padres); y en sentido contrario, los ancianos tienen a su cerebro como el elemento principal de defensa, ya que su físico se encuentra disminuido.  

En la antigüedad, tanto los pueblos naturales como los culturales eran  gobernados o aconsejados por los más sensatos, los cuales solían coincidir con los mayores; como por ejemplo los romanos a través del senado cuyo significado es asamblea de ancianos. Sin embargo, hoy nos gobiernan personas inmaduras, quienes parangonado a Sócrates son incapaces tanto de grandes maldades como de grandes bondades, porque la insensatez es mediocre. 

Sin embargo, conviene no engañarse, porque es la madurez cerebral de los ancianos quien verdaderamente ejerce el poder. La de aquellos que representando la estructura mental dominante presente en cada uno de nosotros, tienen el dominio de la acción y lo ejercen en su provecho, porque al igual que en todos los tiempos, el verdadero poder  se ejerce a través del  desamor, del miedo, y nunca puede verse.                        


JMC

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