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50 AÑOS DE AMOR ENTRE JUANJO Y MARI SOL

 Este año Juanjo y Mari Sol han tenido la dicha de celebrar sus bodas de oro junto a su maravillosa familia. Han renovado los votos y promesas que se dieron y así demostrar a todos, que cuando el AMOR está en lo más alto de la escala de valores,cualquier dificultad es posible superarla. Toda la familia se reunió en la casa rural: Los Lebreles Namasté para compartir con esta pareja la felicidad que ellos han sabido transmitir a todos y que con su ejemplo de luchadores, han logrado infundir en sus hijas, la alegría de saber disfrutar de la vida. Ellas en esta ocasión han recordado la boda de Juanjo y Mari Sol con detalles muy significativos como los colores de la decoración,  a la que se prestaban los jardines, pero también destacando: el blanco como símbolo de pureza y haciendo un guiño  a la nevada que les sorprendió el dia del enlace y al bote de pintura con el que los recién casados iniciaron su luna de miel, pintando su vivienda en Valladolid. El blanco, también, como símbolo de

LA INMADUREZ Y EL PODER

 

LA INMADUREZ Y EL PODER

Mi amiga Natividad me envió hace poco la reseña de un estudio publicado por la facultad de medicina de la universidad George Washintong, donde haciendo mención a otros del mismo tenor, se afirmaba que el cerebro adquiere su madurez o su mayor potencial entre los 60 a 70 años, debido, entre otras razones, a la capacidad de interactuar de los dos hemisferios cerebrales, así como al consumo de menos energía al concentrarse en los aspectos esenciales.

Sin embargo, al haberlo experimentado, dicha tesis no me resultó extraña, si bien no conocía su base teórico-científica; o lo que es lo mismo, me había dado cuenta pero sin comprender la razón, porque lo primero se experimenta con todo el cuerpo como vivencia,  y lo segundo se conoce con la mente, al punto de que a veces esta engendra un darse cuenta y a la inversa.

De igual forma, comprendí que la falta de madurez cerebral provoca  la insensatez de la mayoría de los jóvenes, que si bien ha existido desde siempre, (Platón decía que la mayor virtud de los jóvenes sería la sensatez si la tuvieran), en nuestros días se prolonga hasta bien entrada la edad adulta, a mi entender, por dos factores principales: la salida tardía del seno familiar, y el entorno de una sociedad presidida por una “falsa imagen de seguridad”, donde prima el placer o el disfrute, como elementos conformadores de una realidad que nos hace habitar  en una especie de limbo como sucedáneo de un  vivir consciente. Por dichas razones, partiendo de la expresión aceptada “la  función hace al órgano”, y ser el cerebro el elemento primordial de defensa del ser humano en relación al entorno, si  se encuentra protegido, no madura, (hoy los hijos suelen madurar cuando pierden a sus padres); y en sentido contrario, los ancianos tienen a su cerebro como el elemento principal de defensa, ya que su físico se encuentra disminuido.  

En la antigüedad, tanto los pueblos naturales como los culturales eran  gobernados o aconsejados por los más sensatos, los cuales solían coincidir con los mayores; como por ejemplo los romanos a través del senado cuyo significado es asamblea de ancianos. Sin embargo, hoy nos gobiernan personas inmaduras, quienes parangonado a Sócrates son incapaces tanto de grandes maldades como de grandes bondades, porque la insensatez es mediocre. 

Sin embargo, conviene no engañarse, porque es la madurez cerebral de los ancianos quien verdaderamente ejerce el poder. La de aquellos que representando la estructura mental dominante presente en cada uno de nosotros, tienen el dominio de la acción y lo ejercen en su provecho, porque al igual que en todos los tiempos, el verdadero poder  se ejerce a través del  desamor, del miedo, y nunca puede verse.                        


JMC

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