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ELECCIONES CON MANTEQUILLA Y MERMELADA.

    ¡CUIDADO QUE NO TE LA DEN CON QUESO! Finaliza  la campaña electoral y mañana toca jornada de reflexión. Desconozco si la mayoría de los ciudadanos la dedicarán a informarse detenidamente sobre los programas de los diferentes partidos, mucho me temo que no, pero esa sería la mejor actividad que podrían hacer para que su elección fuera coherente con las ideas que piensan y así " no te la darían con queso". Por lo general los ciudadanos votan escuchando a las emociones que los diferentes mensajes de los candidatos, han dejado en sus mítines repetidos una y otra vez en los medios de comunicación. ¿ Qué sucede con los partidos minoritarios que no disponen de tantos recursos como los grandes para poder pagar publicidad ?  ¿ Se habrán visto obligados a realizar un esfuerzo maratoniano para poder llegar al mayor número de electores? Admiro el valor que tienen al presentarse frente a los grandes, seguramente lo hacen desde el convencimiento de que "menos es más" es d

DISTRAIDOS POR J.M.C.

 

DISTRAIDOS

Dice el diccionario de la lengua española: dicho de una persona que no se da cuenta de lo que pasa a su alrededor. Esta misma definición se puede aplicar a una sociedad, y en el ámbito del mar donde me formé, entendemos el estar distraído, como la actitud de no tener presente o de olvidarse de lo esencial, que es el propio mar y su capacidad de destruirnos, lo cual nos impide evadirnos de esa realidad, y convierte al distraído en insensato e incapaz. 

En dicho orden, nuestra sociedad se encuentra distraída, pero esta postura no es coyuntural, sino estructural, basada en la finalidad de una cultura creada para eludir el hecho fundamental de superar o de trascender a la muerte a través de la ciencia y de la religión; y mientras no lo consigue, si es que alguna vez puede hacerlo, en olvidarla.

El olvido se convierte así en el elemento esencial, que nos hace insensatos y banales, hasta el punto de olvidar los problemas reales para centrarnos en aquello que nos satisface antes que en nuestras necesidades. Las consecuencias de una sociedad orientada a satisfacer deseos antes que necesidades, son palpables, por ejemplo, el propio Covid nos demuestra que somos capaces de llegar a la Luna o de aspirar a barcos o a coches de lujo, en definitiva al disfrute, y  no lo somos de centrar nuestro potencial en prevenir o atacar a unos seres, ante cuyo embate nos encontramos inermes.  O la de creer que algo superior lo arreglará todo, en una especie de providencia sin necesidad de dios. 

Todo esto se me evidenció después de preguntarle a muchas personas por el problema principal de nuestro país, sin que nadie me respondiera que el agua cuando en seis meses solo había llovido tres días; y después, al ver al hombre del tiempo proclamando la venida de un fin de semana de buen tiempo, o sea, de sol.

JMC



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