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FLORES DE PRIMAVERA

  Manolo Martín Mozárbez  Pepa Agustín  Evaristo San Vicente. Sotoserrano Helen Santiago de Compostela  Rafi Jimenez Comenzamos una año más nuestro álbum de flores. El objetivo es que nos fijemos en la belleza de las plantas y disfrutemos de sus flores. Rafi Jiménez. Sotoserrano Violetas. Linares Prímulas. Linares. Domi Gómez  Rosa Alonso Gayo. Palma de Mallorca  Pilar López  Salamanca  Blanca Saavedra. Lola Galán. Salamanca  María Jesús Camuñas Madridejos  Pepa Agustín  Villa García de Arosa Fernanda Ramos  Salamanca. Nati Cabezas Villamayor  Milagros Gómez Alameda  Madridejos  Milagros Gómez  Madridejos Manoli González  Salamanca  Magdalena Fraile Calzada de Valdunciel Rosario Pérez  Las Palmas  Juan Parque del retiro Madrid Elena Sanz. Salamanca. Isidoro y Gregorio. Madrid Isi y Jero. Ciudad Real  Manu. Salamanca 

DISTRAIDOS POR J.M.C.

 

DISTRAIDOS

Dice el diccionario de la lengua española: dicho de una persona que no se da cuenta de lo que pasa a su alrededor. Esta misma definición se puede aplicar a una sociedad, y en el ámbito del mar donde me formé, entendemos el estar distraído, como la actitud de no tener presente o de olvidarse de lo esencial, que es el propio mar y su capacidad de destruirnos, lo cual nos impide evadirnos de esa realidad, y convierte al distraído en insensato e incapaz. 

En dicho orden, nuestra sociedad se encuentra distraída, pero esta postura no es coyuntural, sino estructural, basada en la finalidad de una cultura creada para eludir el hecho fundamental de superar o de trascender a la muerte a través de la ciencia y de la religión; y mientras no lo consigue, si es que alguna vez puede hacerlo, en olvidarla.

El olvido se convierte así en el elemento esencial, que nos hace insensatos y banales, hasta el punto de olvidar los problemas reales para centrarnos en aquello que nos satisface antes que en nuestras necesidades. Las consecuencias de una sociedad orientada a satisfacer deseos antes que necesidades, son palpables, por ejemplo, el propio Covid nos demuestra que somos capaces de llegar a la Luna o de aspirar a barcos o a coches de lujo, en definitiva al disfrute, y  no lo somos de centrar nuestro potencial en prevenir o atacar a unos seres, ante cuyo embate nos encontramos inermes.  O la de creer que algo superior lo arreglará todo, en una especie de providencia sin necesidad de dios. 

Todo esto se me evidenció después de preguntarle a muchas personas por el problema principal de nuestro país, sin que nadie me respondiera que el agua cuando en seis meses solo había llovido tres días; y después, al ver al hombre del tiempo proclamando la venida de un fin de semana de buen tiempo, o sea, de sol.

JMC



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