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¿QUÉ SERÍA DE LA SEMANA SANTA SIN BANDAS DE MÚSICA Y COROS?

 Durante estos días de Semana Santa todas las ciudades y pueblos de nuestra geografía disfrutan, cada uno a su manera, de unas de las festividades más populares: LA SEMANA SANTA. Las calles se llenan de gente, las iglesias se completan para escuchar a los numerosos  coros, que en los días previos a la gran Semana, nos anuncian que llegan las procesiones con el fervor y devoción de las cofradías, que durante todo el año se preparan para procesionar por las calles. Los acompañantes aguantamos horas y horas viendo desfilar la grandeza de los pasos con las extraordinarias imágenes, que nos recuerdan el sufrimiento  y muerte de Jesús. Alguien se ha preguntado ¿Qué sería de las procesiones sin la música de las BANDAS? La música de las marchas hace que  a los costaleros que llevan los pasos les resulte más llevadera la carga, que los visitantes se orienten por la ciudad y localicen las procesiones, pero lo más importante es que consiguen llevarnos a todos a momentos de emoc...

LA OTRA MEJILLA POR J.M.C

 



LA OTRA MEJILLA

Dice el evangelio de Lucas: Si alguien te pega en una mejilla, ofrécele también la otra; y si alguien te quita la capa, déjale que se lleve también tu camisa.  A cualquiera que te pida algo, dáselo, y al que te quite lo que es tuyo, no se lo reclames.  Hagan ustedes con los demás como quieren que los demás hagan con ustedes. Deben amar a sus enemigos, y hacer bien, y dar prestado sin esperar nada a cambio. 

De estas recomendaciones dice Cervantes y no le falta razón, que van contra el orden natural de las cosas, aunque, a mi parecer, sin darse cuenta de que el ser humano, o lo ha contravenido o no pertenece totalmente a él. Entre otras razones, porque siguiendo la ley del más fuerte, quizás la norma esencial del mundo natural, terminaremos por destruirlo todo y en última instancia a nosotros también; a lo cual se refiere el Génesis cuando en relación al ser humano, dice: “la tierra será maldita por ti”.

Por dichas razones, Cristo, para mí maestro de sensatos y dios de ilusos, se adelantó a su tiempo, predicando una actitud que no va contra el mundo natural, sino contra la actuación del ser humano, cuando nos impele a transgredir la transgresión al “pagar bien por mal”, no como una norma etérea de otro mundo más allá de la tierra, o como un camino para acceder a él, sino como la única forma posible de evitar nuestra destrucción.   


JMC

 


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