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50 AÑOS DE AMOR ENTRE JUANJO Y MARI SOL

 Este año Juanjo y Mari Sol han tenido la dicha de celebrar sus bodas de oro junto a su maravillosa familia. Han renovado los votos y promesas que se dieron y así demostrar a todos, que cuando el AMOR está en lo más alto de la escala de valores,cualquier dificultad es posible superarla. Toda la familia se reunió en la casa rural: Los Lebreles Namasté para compartir con esta pareja la felicidad que ellos han sabido transmitir a todos y que con su ejemplo de luchadores, han logrado infundir en sus hijas, la alegría de saber disfrutar de la vida. Ellas en esta ocasión han recordado la boda de Juanjo y Mari Sol con detalles muy significativos como los colores de la decoración,  a la que se prestaban los jardines, pero también destacando: el blanco como símbolo de pureza y haciendo un guiño  a la nevada que les sorprendió el dia del enlace y al bote de pintura con el que los recién casados iniciaron su luna de miel, pintando su vivienda en Valladolid. El blanco, también, como símbolo de

LAS ABARCAS DESIERTAS, MIGUEL HERNÁNDEZ




PEPA AGUSTÍN


Pepa Agustín González recomienda esta carta a LOS REYES MAGOS de Miguel Hernández.
Sería muy bueno  que se la leyéramos a los niños.
A los lectores de quitalamordaza.com los invitamos a reflexionar.
Gracias Pepa por enriquecer este blog con tu hermosa aportación.




LAS ABARCAS DESIERTAS. Miguel Hernández

  Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría.

  Y encontraban los días,
que derriban las puertas,
mis abarcas vacías,
mis abarcas desiertas.

  Nunca tuve zapatos,
ni trajes, ni palabras:
siempre tuve regatos, 
siempre penas y cabras.

  Me vistió la pobreza,
me lamió el cuerpo el río,
y del pie a la cabeza
pasto fui del rocío.

  Por el cinco de enero,
para el seis, yo quería
que fuera el mundo entero
una juguetería.

  Y al andar la alborada
removiendo las huertas,
mis abarcas sin nada,
mis abarcas desiertas.

  Ningún rey coronado
tuvo pie, tuvo gana
para ver el calzado
de mi pobre ventana.

  Toda gente de trono,
toda gente de botas
se rió con encono
de mis abarcas rotas.

  Rabié de llanto, hasta
cubrir de sal mi piel,
por un mundo de pasta
y unos hombres de miel.

  Por el cinco de enero,
de la majada mía
mi calzado cabrero
a la escarcha salía.

  Y hacia el seis, mis miradas
hallaban en sus puertas
mis abarcas heladas,
mis abarcas desiertas.

        De Otros poemas del ciclo de
"Viento del pueblo". En Viento del pueblo.



Publicado este poema el 2 de enero de 1937 en Ayuda, Semanario de la solidaridad, núm. 36, Madrid. El poeta colabora con   la campaña de Socorro Rojo en beneficio de la infancia recogiendo  donativos y juguetes.
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