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CONCIERTO DE LA ASOCIACIÓN MUSICAL FELIPE ESPINO DE SALAMANCA

 

PSICOMOTRICIDAD EN CASA

PSICOMOTRICIDAD EN CASA



 Siempre estamos diciendo, que los niños no paran, que no se pueden estar quietos, que tienes que estar con mil ojos porque cualquier cosa les parece atractiva para jugar, lanzar, hacer ruido...etc. ¿Sabéis por qué los niños se mueven tanto? Porque el movimiento es su lenguaje. A través de él expresan su psiquismo: emociones, percepciones, sensaciones, interpretaciones individuales, sus creencias intrínsecas sobre el conocimiento del mundo y sus relaciones con los demás. A este lenguaje tan único y genuino de los niños le llamamos expresión motriz. Es primordial dar espacio a los niños, mirarles poniéndonos en su lugar y respetar su ritmo. El estar y acompañar en esta etapa de la infancia es fundamental para su desarrollo madurativo en el presente y su desarrollo como individuo en el futuro. “El movimiento aparece antes que el pensamiento”. El pensamiento se va construyen con la experiencia del movimiento y la acción. Si nos revisamos a nosotros mismos, os daréis cuenta que muchas veces necesitamos movernos para ver las cosas de otra forma. Ánimo, todos hemos sido niños, incluso nos vendría muy bien ser conscientes de que llevamos un niño dentro al que también tenemos que cuidar y dar voz. Por eso, antes de decir la frase  “deja de moverte”, dedica unos momentos a observarle, intenta descubrir qué puede estar queriendo comunicar.
Parece difícil realizar ejercicios de psicomotricidad en casa; sin embargo, con preparación y seguridad, se puede. A continuación os dejo información de algunas actividades que favorecen la movilización de los músculos, el equilibrio, coordinación global, adecuar la velocidad y el ritmo, entre otras y por supuesto divertirse en familia. Estos juegos podrán realizarse dependiendo del desarrollo madurativo de cada niño, por eso en algunas incluyo variaciones para que se puedan adaptar.
Todas las actividades son dirigidas ya que las casas generalmente no están preparadas para que los niños disfruten de una psicomotricidad libre. Aun así, hay dos juegos que se pueden hacer un poco más libres: los saltos y escalar (dentro de unas normas de seguridad). Más adelante es posible que ellos quieran hacer los juegos solos o se inventen otros mejores de forma espontánea.

Bases para el desarrollo de las actividades.
  • Pensar qué se quiere hacer y cómo llevarlo a cabo.
  • Hacerlo dentro de un marco de seguridad, si algo os parece un poco peligroso o vais a estar intranquilos mientras veis a los niños haciéndolo,  por favor, no lo hagáis, tenéis que estar completamente seguros de que se puede realizar sin ninguna dificultad. Incluso si ya tenéis todo montado y al ponerlo en marcha no os parece bien, modificar o quitar lo que no esté funcionando. Cuando hablo de seguridad no sólo me refiero al espacio, también a los materiales.
  • Podéis poner normas que aseguren la correcta utilización del circuito o ejercicio. Siempre previa explicación a los niños para que sepan qué pueden y qué no pueden hacer para proteger su cuerpo y no hacerse daño. Siempre hay que respetar el cuerpo, los materiales y el espacio.

JUEGOS PARA CASA
  • Encestar pelotas, peluches o cualquier otro material que valga para este fin. Incluso se pueden usar papel de aluminio o rollos de papel higiénico para que se den cuenta que tienen diferente peso y que tendrán que usar más o menos fuerza con el brazo para conseguir el objetivo. Una variante para los más mayores puede ser que el adulto mueva la cesta (cubo o recipiente que se use para encestar), así trabajamos también la concentración y aumentamos la tensión que ellos mismos gestionarán para poder encestar. 
  • Recoger bolas. Usando los mismos materiales de la actividad anterior, se pueden tirar las pelotas al aire y que cada uno tenga un espacio donde depositarlas (no hace falta que sea un recipiente, puede ser encima de una tela o en rincones previamente preparados y separados de los otros jugadores). El que más tenga cuando se acaben las pelotas que están en el suelo es el encargado de volver a tirarlas para continuar la diversión. Este juego también se puede usar para cuando no les apetece nada guardar, de repente se sienten motivados porque los papás les ayudan y además lo hacen como un juego.
  • Soplar bolas de papel. Esta actividad puede dar mucho juego. Se trata de soplar bolas de papel, muy ligeras para que no se cansen de soplar. Para los más pequeños se pueden hacer de poco recorrido, que el objetivo sea que la pelota pase por una línea de meta. Y para los más mayores se puede hacer un mini circuito por lo que tendrán que ir soplando desde diferentes posiciones para superar los obstáculos. La acción de soplar es estupenda para el desarrollo del lenguaje.
  • Carreras de animales. Se puede hacer como que son leones, tortugas, elefantes, serpientes, pollitos... imitando sus pasos, en cuclillas, reptando, a cuatro patas... lo que queráis. Se puede poner un peluche o trapo en un extremo y que tengan que coger con la boca y traer hasta la meta. Aprenden animales, mientras tiene que coordinar y ajustar sus movimientos para imitarlos.
  • Circuito manos y pies. Huellas de pies y manos o papel que represente pies o manos (por ejemplo el papel estrecho y alargado puede ser los pies, mientras el papel redondo y más pequeño puede ser las manos) o incluso cinta adhesiva (que puesta en vertical signifique pies y puesta en vertical signifique manos). Los niños tendrán que poner los pies o las manos según el signo que esté representado en el suelo, pudiendo ser a veces incluso una sola mano o para los más mayores un solo pie. Para los más pequeños intentar ponerlo más separado para que tengan espacio suficiente para adecuar su postura. 
  • Encesta el peluche con los pies. Tumbados boca arriba, tienen que coger un peluche con los pies, elevar las piernas sin que se caiga y encestarlo en una gaveta, cubo o cesta. Para algunos será más fácil solo desplazarlo hacia un lado, otros podrán arriesgar elevando las piernas lo suficiente como para llegar hasta su cabeza donde esté situado el otro cubo. Es un magnífico Ejercicio que hace que se muevan partes del cuerpo que normalmente no utilizan para encestar por lo que da al cerebro más opciones, más sinapsis.

  • A gatas y en zig-zag. Con cualquier material, incluso latas de refrescos o briks de leche tumbados se hace una fila con separación entre ellos. Los niños tiene que pasar por encima a gatas evitando tocarlos y tirarlos hasta que lleguen al final y para volver pueden hacer lo mismo o volver haciendo zig-zag entre los materiales. Lo más ajustado para los más pequeños será ir a gatas, mientras que los mayores podrán hacer ambas cosas. Este juego es maravilloso para la coordinación y la atención.
  • Saltos. Saltos desde el sofá. Saltos desde un taburete. Esta actividad tiene que darse en un lugar seguro y con supervisión de cerca. El taburete u otro material para saltar tiene que ser lo suficientemente consistente como para no desequilibrarse. Antes de empezar el juego se pondrán normas como: solo se puede saltar en una dirección (evitando que quieran saltar hacia una mesa o mesilla), solo se puede saltar cuando los adultos digan que es el momento del juego de saltar y todo esté preparado, habrá un tiempo para hacerlo y después hay que parar para hacer otra cosa (así podéis cerrar la actividad cuando estén muy alterados y no quieran parar). Saltar les gusta mucho, los mayores no necesitarán ayuda, mientras que algunos pequeños no tengan aún esa capacidad o les tengáis que dar la mano para acompañarles en el salto. Saltar refuerza la visión de ellos mismo, al hacerlo se están reafirmando como personas. 
  • Escalar. Para los pequeños que no saben saltar, pero si reptar o trepar, se puede construir una estructura con taburetes, mesas pequeñas y el sofá o la cama. Esta actividad, como la anterior, requiere de una seguridad previamente estudiada y más paciencia ya que a los más pequeños les costará dejar de trepar cuando se acabe el tiempo, incluso dejar de hacerlo cuando no es el momento. Para cuando lo hagan fuera del tiempo pactado lo mejor que podéis hacer es retirarlo y decirle que ahora no se puede y llenaros de paciencia y calma porque tendréis que decirlo más veces que con los mayores (también podéis hacer una estructura que se quede fija y sea segura, así no tendréis que recordar constantemente que no se puede hacer). Favorece su autonomía y sus capacidades, por lo tanto en un futuro también su autoestima. Lo ideal es que no se les ayude, que ellos mismos vayan alcanzando sus logros, si ven que no pueden, no lo harán, confiar en ellos. Si os piden mucha ayuda podéis decirles con mucho amor y sin sentimiento de pena, - no pasa nada cuando estés preparado lo conseguirás, sigue practicando.
  • Arrastre. Los niños se tumban en una manta o tela fuerte y los adultos les arrastran cantando una canción que les apetezca. Habrá niños que puedan controlar su cuerpo y dejarse llevar y otros que no, por lo tanto respetar siempre su momento evolutivo. Puede ser una actividad de cierre, ya que ayuda a relajarse y bajar el nivel de energía.
  • Desplazar objetos con telas. Con una tela pequeña, toalla o trapo, ponemos un juguete sobre la tela y agarrándola entre dos o más por los extremos hay que transportarlo de un lado a otro. Para los más pequeños se puede realizar con bandejas u otros materiales más rígidos que una tela. Aquí se trabajan la tensión muscular, motricidad fina y gruesa trabajando en equipo.
  • A volar. Con los mismos materiales que en la actividad anterior. Ponemos el peluche en la tela que agarramos desde los extremos y lo lanzamos hacia arriba, para cogerlo rápidamente con la tela antes de que caiga al suelo. Fomentamos la atención, el equilibrio y la coordinación oculo-manual.

  • Puente-túnel. El adulto se tumba boca abajo, el niño salta por encima de él de un extremo a otro (a lo ancho). Al llegar al otro extremo el adulto eleva su tronco y piernas (como queriendo llegar al techo con los glúteos), mientras el niño pasa por debajo hasta llegar al otro extremo para volver a empezar saltando y luego gateando nuevamente para pasar por el túnel. Diversión y ejercicio asegurado para mayores y pequeños. Los niños pequeños que no sepan saltar pueden subir por la espalda del adulto (siempre que el adulto este en buena forma física para poder hacerlo) para conseguir llegar al otro extremo.
  • Atrapa la pelota. Con un vaso de plástico y una pelota de un tamaño que pueda entrar en el vaso (si no tenéis pelotas tan pequeñas, podéis hacerlas con papel de aluminio). Uno lanza la pelota y el otro tiene que atraparla con el vaso boca abajo. Es buenísimo para la atención mantenida.
  • No dejes caer los juguetes. Con una mesa pequeña y ligera, cartón alargado u otro material que se os ocurra podéis hacer una rampa no muy inclinada. En el extremo más alto el adulto lanzará juguetes pequeños y en el extremo más bajo el niño estará preparado con un cubo para ir cogiéndolos según se vayan deslizando por la rampa. Además de para la atención este juego bien muy bien para practicar la precisión. 
  • Poniendo bombillas. Con celo gordo y pelotas ligeras u otro material que se pueda pegar al celo como lana o papel. Se coloca el celo en el marco de las puertas (con la puerta abierta) a una distancia a la que el niño llegue alzando el brazo. El objetivo es que el niño pegue el material al celo teniendo que agacharse a por él y estirándose para lograr colocarlo. Es genial para estirar los músculos.
  • Pesca. Se necesita gomas de pelo, rollos de papel higiénico u otro material circular con agujero que se  pueda coger con un lápiz o similar. En un recipiente se ponen los objetos que se tiene que transportar con el palo- lápiz, hasta otro recipiente vacío. Una variante para que los más pequeños también puedan disfrutar de la pesca es usar un recipiente con agua y legumbres (lentejas, garbanzos, judías...) y otro recipiente vacío donde ir depositando las legumbres (con esta variante solo se trabaja la motricidad fina y la coordinación óculo-manual.
  • Huerta. Con patatas u otros materiales pesados que no se rompan, trasladarlos en bolsa de un lado a otro, de un cubo a otro. Si son otro tipo de materiales más complicados de llevar en bolsas como bricks de leche o latas puede llevarlas en las manos. Pueden realizar este juego mientras los adultos cocinan. Puede parecer que no es un juego muy divertido, sin embargo les encanta vaciar y llenar, mientras lo hacen aprenden conceptos como lleno, vacío, muchos, pocos, cuando pesa más la bolsa o cuando es más ligera.
  • Circuitos. En esta actividad podéis usar muchos materiales, todos lo que se os pasen por la cabeza (que no sean peligrosos). Los obstáculos pueden ser taburetes (recordar que no sean frágiles para no desequilibrar, ni muy pesados por si se caen), telas, cinta adhesiva o palos puestos en horizontal o vertical para saltar, cruzar o como límite de caminos. Usar la imaginación, seguro que se os ocurren cosas sorprendentes.

  • Tela de araña. Con lana, cuerda o trapillo y sillas. Ponemos la lana de una silla a otra haciendo zig-zag. Los niños tiene que a travesar la tela de araña. A los más mayores se puede poner la lana más difícil, mientras que a los más pequeños podemos poner menos líneas de lana y más paralelas. Es un buen juego para el desarrollo integral del cuerpo, muchos recursos tiene que estar trabajando para lograr superar las líneas de lana sin tocarlas. 
  • Camino difícil. Ponemos en el suelo juguetes, peluches u otros materiales. El objetivo es pasar entre ellos sin tocarlos, por eso hay que poner muchos o grandes, para que ocupen espacio. También se puede hacer con más o menos velocidad (tocando con una pala de madera y una cacerola a modo tambor al ritmo que queramos, incluso jugando a quedarse quietos cuando los toques paren). Concentración, atención y precisión son las habilidades más destacadas en este ejercicio.
  • Golf. Con una escoba o palo con estructura de pala, una caja de cartón y una pelota. Los niños tiene que meter la pelota en la caja tumbada dándola con el palo (como en el golf). El espacio de la caja para meter la pelota no puede ser muy pequeño para que lo consigan y les guste el juego. Este juego favorece las acciones más funcionales, tiene que controlar un objeto con el fin de conseguir un objetivo.


Estos juegos ayudan a fortalecer el desarrollo global e integral del niño. Todos mejoran las habilidades motoras, desarrollan rapidez mental, estimulan el sistema cardiovascular, transmiten valores, ayuda a fortalecer los músculos, favorecen la confianza, reducen el estrés. Haciendo ejercicio se descarga adrenalina y se fabrican endorfinas, un proceso necesario y beneficiosos para todo ser humano.
Recordar que estos juegos se hacen desde un marco de seguridad, con una ambiente de distensión y diversión en familia. Explicar siempre a los peques como se hace haciéndolo (ellos entienden mejor el lenguaje corporal que verbal) y por supuesto con cariño y paciencia. Los niños no tienen por qué entenderlo a la primera, incluso puede que surja un juego nuevo y diferente al propuesto, relajaros y disfrutar de ese momento. 
Espero que os sirva este documento. 



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Crecer Con Amor / Psicología Infantil

Raquel Blázquez Peláez (Psicóloga y psicomotricista)


TELÉFONO: 623135017



Comentarios

  1. ¡Muchas gracias por estas buenas recomendaciones!

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  2. En estos tiempos que corren es muy útil esta información.

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  3. Gracias por los consejos se lo pasarán pipa.

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  4. Que buenas ideas!! Alguna o todas practicaremos, ya contaremos cual le gusta más a los niños. Gracias por toda la información!

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