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¡QUIERO LAS FLORES EN VIDA!

En estos días el que más y el que menos tiene a alguna persona querida que falleció y que para recordarla y honrarla le lleva flores al cementerio. Desde mi más profundo respeto a todas esas personas, yo prefiero regalarlas en vida. Muchas veces le repito a mi hijo que en mi funeral no quiero ni una flor. Cada vez que acudo al tanatorio y veo tantas coronas con dedicatorias, con mensajes cargados de emoción y agradecimiento, me pregunto si serán sinceros, o es puro acto social y apariencia . Ciertamente muchos mensajes salen del corazón, pero otros dejan mucho para reflexionar. Seguramente todos conocemos casos d e familias que no se hablan en vida y cuando un familiar fallece, todo parece perfecto, como una excelente interpretación teatral que tiene que representarse para el público, y cuando el funeral termina, se vuelve a la realidad, a las discusiones. Sí, a mi me gustan l as flores en vida . Tengo mi jardín lleno de rosas qu

La Pandemia de la Sinrazón Económica




La #Pandemia que sufre el mundo demuestra que la visión de la responsabilidad social corporativa que maneja aspectos transversales a todas las organizaciones e instituciones como son la comunidad, los trabajadores y el medioambiente, ha quedado en evidencia.
Es necesaria una seria reflexión a la hora de configurar las planificaciones empresariales e institucionales para adaptar la actividad a determinados peligros como el que estamos afrontando y medir los riesgos de manera adecuada.
La probabilidad de ocurrencia de situaciones como la actual, de momento y afortunadamente, no es muy alta, pero sí su gravedad. Esto debe hacernos pensar en enfermedades, accidentes y comportamientos menos impactantes, pero no por ello, menos relevantes.
Debemos intensificar y, no solo por obligación, aspectos como la prevención de riesgos laborales, la contaminación, la expoliación de recursos naturales, la explotación y el apoyo a colectivos vulnerables, pues causan problemas tan importantes como el que vivimos pero con menos repercusión.
Los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) deberían ser considerados como una prioridad estratégica, formando parte importante en los compromisos y políticas de las organizaciones.
La situación que vive el mundo actualmente demuestra que no es así, ya que muchos países no han tenido en cuenta los valores que representan la protección de la salud y ambiental.
Algunos políticos y gobernantes deberían reconsiderar sus posiciones, pues sin gente no hay economía y, mucho menos, sin planeta.

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