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EL VALOR DEL TIEMPO

¿Cuánto vale nuestro  tiempo?   Cuantificar el valor es imposible porque para cada persona es diferente dependiendo de su escala de valores o de las necesidades.  Me gustan las personas que saben dedicarse tiempo para ellas mismas y para su familia y amigos. Vivimos en una época en la que todo pasa muy deprisa no sabemos parar ni un minuto, nos introducimos en la rueda de la inercia que nos lleva a una velocidad de vértigo.  El día tiene 24 horas y algunos dicen que necesitarían  30. Me gustaría que reflexionáramos sobre una buena planificación y organización de actividades y observar los buenos resultados. Eliminar las cosas superfluas que nos roban minutos, hora s, como puede ser el enganche a las redes sociales , es otra manera de aprovecharlo. Las personas mayores en ocasiones se suelen arrepentir de no haber pasado más tiempo con los familiares y los amigos y haber dedicado mucho más de lo necesario al trabajo.  No esperemos a ser mayores para disfrutar y dedicarnos tiempo a  no

LA IZQUIERDA RELATIVA POR J.M.C.

 

LA IZQUIERDA RELATIVA

Los conceptos de derecha e izquierda, son dependientes, de forma que no pueden existir el uno sin el otro, lo cual es propio de lo humano, donde la percepción es siempre dual: el uno y el dos; el otro y yo; o el bien y el mal. El uno es perfecto, pero es en sí mismo y no se percibe. Tal vez por eso el hombre prefirió al diablo antes que a dios, porque un segundo percibido vale más que toda una eternidad inconsciente, aunque se asemeje a una pesadilla donde el tiempo existe porque se percibe, y en el sueño perfecto, sin ellas, no. 

Dentro de dicha relatividad intrínseca podemos realizar una elaboración autónoma del concepto “izquierda”. Para ello partiremos de una concepción psicosociológica, donde el “no” se configura como elemento opositor a una determinada situación o status, al punto de convertirse en la palabra que los niños usan cuando comienzan a tener conciencia de sí mismos en contraposición al resto, a quien perciben como “no yo”.  Más tarde ese “no”, debe llenarse de contenido o de razones que lo apoyen para oponerse al estatus dominante representado por el “sí”, que prolongado al ámbito de las relaciones sociales se traducen en teorías opositoras a una determinada realidad política, dando lugar a lo que he dado en llamar “izquierda teórica”, la cual va a desembocar en la “izquierda ideológica”, con el cual se relaciona, aunque no coincide, al ser esta una mezcla entre los conceptos de “izquierda relativa y teórica”. 

Las relaciones entre dichos conceptos, al estar presididas por la relatividad, dan lugar a situaciones muy complejas, lo cual dificulta en grado sumo la elaboración de un concepto que sea capaz de definir una determinada realidad espacio temporal, a la  que llamo “izquierda real”.

En dicho orden, el concepto de “izquierda relativa” puede explicarse en las revoluciones o en los grandes cambios: por ejemplo en la revolución francesa (no hay mejor relato que el 18 brumario) o en la transición española, donde todas las fuerzas políticas opuestas al anterior régimen son percibidas como de izquierdas con independencia de su adscripción teórico-ideológica; o partiendo de una posición de derechas, donde los partidos situados a su izquierda, “a la izquierda de”, seguirán siendo percibidos como de izquierdas si mantienen esa posición relativa aunque el primero se desplaza más hacía la derecha.

La palabra conservador aporta más claridad, porque, siguiendo la tendencia natural de todo ser vivo a mantenerse, de la que también participan las instituciones, se puede ser conservador tanto de derechas como de izquierdas, aunque el ámbito político se encuentra influido por las concepciones teóricas e ideológicas que lo sustentan.                     

Estas consideraciones nos muestran la dificultad de elaborar una definición de “izquierda real”, porque a la relatividad propia de estos conceptos, debemos unir la variable espacio temporal, que hace, por ejemplo, que una concepción de izquierda de base teórico-ideológica no pueda mantenerse en el tiempo porque se  alejaría tanto de la realidad que la haría inviable. 

Después de muchos años: de considerar injusta una sociedad de ricos y pobres; de comprender la naturaleza humana y conformarme con una sociedad donde hubiera ricos pero no miserables; entiendo a la  izquierda como una posición de respeto: a la vida, al otro, a su trabajo, al mío, al de todos, por encima del interés o del dinero.    

JMC

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