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50 AÑOS DE AMOR ENTRE JUANJO Y MARI SOL

 Este año Juanjo y Mari Sol han tenido la dicha de celebrar sus bodas de oro junto a su maravillosa familia. Han renovado los votos y promesas que se dieron y así demostrar a todos, que cuando el AMOR está en lo más alto de la escala de valores,cualquier dificultad es posible superarla. Toda la familia se reunió en la casa rural: Los Lebreles Namasté para compartir con esta pareja la felicidad que ellos han sabido transmitir a todos y que con su ejemplo de luchadores, han logrado infundir en sus hijas, la alegría de saber disfrutar de la vida. Ellas en esta ocasión han recordado la boda de Juanjo y Mari Sol con detalles muy significativos como los colores de la decoración,  a la que se prestaban los jardines, pero también destacando: el blanco como símbolo de pureza y haciendo un guiño  a la nevada que les sorprendió el dia del enlace y al bote de pintura con el que los recién casados iniciaron su luna de miel, pintando su vivienda en Valladolid. El blanco, también, como símbolo de

INSOPORTABLE POR J.M.C.


 INSOPORTABLE

La monotonía del antes y el después del pensamiento de vivir. La proyección de eso en ti: la distancia entre tú y ti mismo,  entre tú y los demás. La del creer ir por delante de la vida al pensarla, que es la necesidad de ir por delante de la muerte engañándome.

La de un pobre a valer (mendigo) -así los llaman los portugueses y también yo porque hay conceptos que se ajustan más a unos idiomas que a otros- que me sonríe, que es pedirme. La de su necesidad que no le permite pensar ni tener tiempo, solo ahora. La de su amabilidad, la de su espontaneidad, que no sé lo que son, a no ser mi incapacidad para sentirlo. La de sonreírle desde un distancia que no tiene que ver con la distancia de afuera, sino con la distancia de adentro, que es mayor porque solo me pertenece a mí, que es a quien realmente me sonrío. La conciencia de haberle quitado algo, no su vida que es él, sino lo que yo me quedé con mi buen vivir, lo que nos hemos quedado todos de él que es su posibilidad de pensar. 

La de engañarme, la de engañarnos, engañando primero a los ellos que él representa, a él mismo,  quitándole su posibilidad de engañarse, de olvidarse, su tiempo, para dejarlo al alejarme con su vivir o con su morirse, o tal vez con su no darse cuenta. 

La de quedarme con su tristeza, con el recuerdo de su tristeza. Hasta eso me quedo, hasta eso le quito, le quitamos. La de darse cuenta del vivir que es darse cuenta del morirse. La  conciencia de eternidad que es la conciencia de la muerte, lo único eterno porque continuará aún después de la vida, a partir de la última vida, como su esperanza o como su nada.   JMC 

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