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NEREA DEL RÍO GÓMEZ: UNA PASTORA CON MUCHO ARTE.

Nerea del Río Gómez es una joven que vive en Carrión de los Condes (Palencia). Es graduada en Bellas Artes por la Universidad de Salamanc a, tiene un Máster en Márketing Digital y un curso de Creación de Comics. Actualmente es G anadera de una cabaña de 500 ovejas. Esta joven artista trabajaba con un contrato indefinido en el entorno urbano y un buen día decidió volver a su tierra y seguir con la explotación ganadera familiar. Fueron muchas las razones que la impulsaron a dar este gran salto, pero quizá la más importante es que quería ser FELIZ.  Nerea conoce muy bien las dificultades que conlleva vivir de la ganadería, pero el poder ser autónoma, tener la capacidad de decisión y organizar sus propios ritmos de vida y sus objetivos, pesaban mucho y aquí está en un pueblo Castellano: Robladillo de Ucieza , paseando cada día a sus ovejas y disfrutando de la naturaleza. Su autoempleo es de 365 días.  Las ovejas no conocen los días de fiesta , pero...

INSOPORTABLE POR J.M.C.


 INSOPORTABLE

La monotonía del antes y el después del pensamiento de vivir. La proyección de eso en ti: la distancia entre tú y ti mismo,  entre tú y los demás. La del creer ir por delante de la vida al pensarla, que es la necesidad de ir por delante de la muerte engañándome.

La de un pobre a valer (mendigo) -así los llaman los portugueses y también yo porque hay conceptos que se ajustan más a unos idiomas que a otros- que me sonríe, que es pedirme. La de su necesidad que no le permite pensar ni tener tiempo, solo ahora. La de su amabilidad, la de su espontaneidad, que no sé lo que son, a no ser mi incapacidad para sentirlo. La de sonreírle desde un distancia que no tiene que ver con la distancia de afuera, sino con la distancia de adentro, que es mayor porque solo me pertenece a mí, que es a quien realmente me sonrío. La conciencia de haberle quitado algo, no su vida que es él, sino lo que yo me quedé con mi buen vivir, lo que nos hemos quedado todos de él que es su posibilidad de pensar. 

La de engañarme, la de engañarnos, engañando primero a los ellos que él representa, a él mismo,  quitándole su posibilidad de engañarse, de olvidarse, su tiempo, para dejarlo al alejarme con su vivir o con su morirse, o tal vez con su no darse cuenta. 

La de quedarme con su tristeza, con el recuerdo de su tristeza. Hasta eso me quedo, hasta eso le quito, le quitamos. La de darse cuenta del vivir que es darse cuenta del morirse. La  conciencia de eternidad que es la conciencia de la muerte, lo único eterno porque continuará aún después de la vida, a partir de la última vida, como su esperanza o como su nada.   JMC 

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