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ELECCIONES CON MANTEQUILLA Y MERMELADA.

    ¡CUIDADO QUE NO TE LA DEN CON QUESO! Finaliza  la campaña electoral y mañana toca jornada de reflexión. Desconozco si la mayoría de los ciudadanos la dedicarán a informarse detenidamente sobre los programas de los diferentes partidos, mucho me temo que no, pero esa sería la mejor actividad que podrían hacer para que su elección fuera coherente con las ideas que piensan y así " no te la darían con queso". Por lo general los ciudadanos votan escuchando a las emociones que los diferentes mensajes de los candidatos, han dejado en sus mítines repetidos una y otra vez en los medios de comunicación. ¿ Qué sucede con los partidos minoritarios que no disponen de tantos recursos como los grandes para poder pagar publicidad ?  ¿ Se habrán visto obligados a realizar un esfuerzo maratoniano para poder llegar al mayor número de electores? Admiro el valor que tienen al presentarse frente a los grandes, seguramente lo hacen desde el convencimiento de que "menos es más" es d

INSOPORTABLE POR J.M.C.


 INSOPORTABLE

La monotonía del antes y el después del pensamiento de vivir. La proyección de eso en ti: la distancia entre tú y ti mismo,  entre tú y los demás. La del creer ir por delante de la vida al pensarla, que es la necesidad de ir por delante de la muerte engañándome.

La de un pobre a valer (mendigo) -así los llaman los portugueses y también yo porque hay conceptos que se ajustan más a unos idiomas que a otros- que me sonríe, que es pedirme. La de su necesidad que no le permite pensar ni tener tiempo, solo ahora. La de su amabilidad, la de su espontaneidad, que no sé lo que son, a no ser mi incapacidad para sentirlo. La de sonreírle desde un distancia que no tiene que ver con la distancia de afuera, sino con la distancia de adentro, que es mayor porque solo me pertenece a mí, que es a quien realmente me sonrío. La conciencia de haberle quitado algo, no su vida que es él, sino lo que yo me quedé con mi buen vivir, lo que nos hemos quedado todos de él que es su posibilidad de pensar. 

La de engañarme, la de engañarnos, engañando primero a los ellos que él representa, a él mismo,  quitándole su posibilidad de engañarse, de olvidarse, su tiempo, para dejarlo al alejarme con su vivir o con su morirse, o tal vez con su no darse cuenta. 

La de quedarme con su tristeza, con el recuerdo de su tristeza. Hasta eso me quedo, hasta eso le quito, le quitamos. La de darse cuenta del vivir que es darse cuenta del morirse. La  conciencia de eternidad que es la conciencia de la muerte, lo único eterno porque continuará aún después de la vida, a partir de la última vida, como su esperanza o como su nada.   JMC 

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