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50 AÑOS DE AMOR ENTRE JUANJO Y MARI SOL

 Este año Juanjo y Mari Sol han tenido la dicha de celebrar sus bodas de oro junto a su maravillosa familia. Han renovado los votos y promesas que se dieron y así demostrar a todos, que cuando el AMOR está en lo más alto de la escala de valores,cualquier dificultad es posible superarla. Toda la familia se reunió en la casa rural: Los Lebreles Namasté para compartir con esta pareja la felicidad que ellos han sabido transmitir a todos y que con su ejemplo de luchadores, han logrado infundir en sus hijas, la alegría de saber disfrutar de la vida. Ellas en esta ocasión han recordado la boda de Juanjo y Mari Sol con detalles muy significativos como los colores de la decoración,  a la que se prestaban los jardines, pero también destacando: el blanco como símbolo de pureza y haciendo un guiño  a la nevada que les sorprendió el dia del enlace y al bote de pintura con el que los recién casados iniciaron su luna de miel, pintando su vivienda en Valladolid. El blanco, también, como símbolo de

UN LOBO PARA EL HOMBRE POR J.M.C


 UN LOBO PARA EL HOMBRE

Todo ser vivo tiende a perdurar, incluso pienso que cada elemento de la naturaleza sigue la misma pauta, cuando para mantener su esencia cede o adquiere electrones de sus átomos. 

En dicho orden, es dable pensar que los elementos que componen el cosmos son conservadores, mientras que este avanza y se nutre de la destrucción de sus componentes. 

A su vez, el ser humano, a diferencia del resto de los seres vivos,  entiende el perdurar de forma consciente y adelantada, al hacerlo, incluso, cuando su vida no se encuentra en inmediato peligro. 

Dicha concepción, hace que el hombre tienda a transformar su entorno en aras a conseguir su objetivo de perdurar. Llegados a este punto,  recuerdo una frase de la Biblia, a la que entiendo como una obra cumbre de la experiencia y del saber de la humanidad; una frase que aparece en el Génesis, dirigida a la aventura humana: la tierra será maldita por ti.

La aventura civilizada, presenta una doble vertiente, de una parte el hecho transformador hace que la naturaleza sea tratada como un objeto. También, cada ser vivo, la trata así, y al mismo tiempo se convierte en objeto de los demás, por lo cual, cada ente se comporta como objeto y como sujeto en la relación del perdurar.

Sin embargo, el hombre, al encontrarse en la cúspide de la relación, ya no puede ser objeto de la supervivencia de los demás seres, -ni tan siquiera su cadáver, a los que tiende a cremar-, que para él son solo objetos, siendo el hombre en relación al hombre, quien deviene como objeto-sujeto en el proceso transformador. 

Como objeto, en la medida que es utilizado por otros hombres para incrementar sus posibilidades de perdurar, y como sujeto, en la medida en la que resulta beneficiario de dicha transformación para las suyas.                             De ahí la frase: el hombre es un lobo para el hombre.  La cual, como todas las cuestiones esenciales, pertenece a nuestra estructura mental, y mientras esta se mantenga, dicha actitud se convierte en indisponible.


JMC 

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