Ir al contenido principal

Destacados

50 AÑOS DE AMOR ENTRE JUANJO Y MARI SOL

 Este año Juanjo y Mari Sol han tenido la dicha de celebrar sus bodas de oro junto a su maravillosa familia. Han renovado los votos y promesas que se dieron y así demostrar a todos, que cuando el AMOR está en lo más alto de la escala de valores,cualquier dificultad es posible superarla. Toda la familia se reunió en la casa rural: Los Lebreles Namasté para compartir con esta pareja la felicidad que ellos han sabido transmitir a todos y que con su ejemplo de luchadores, han logrado infundir en sus hijas, la alegría de saber disfrutar de la vida. Ellas en esta ocasión han recordado la boda de Juanjo y Mari Sol con detalles muy significativos como los colores de la decoración,  a la que se prestaban los jardines, pero también destacando: el blanco como símbolo de pureza y haciendo un guiño  a la nevada que les sorprendió el dia del enlace y al bote de pintura con el que los recién casados iniciaron su luna de miel, pintando su vivienda en Valladolid. El blanco, también, como símbolo de

CONFORMARSE POR J.M.C.



 CONFORMARSE 

Hablan los portugueses de destinos adelantados o atrasados. Estas frases contienen una declaración de mesura en relación a la vida; la de una línea imaginaria de armonía a partir de la cual aquella aparece como a destiempo, antes o después de lo que en cada momento debe ser. 

Así, un “destino adelantado” supone, por ejemplo, que un joven viva experiencias que no se corresponden con las que debe tener a su edad, para las cuales no se encuentra ni mental ni físicamente preparado, y pueden acabar por destruirle. Mientras “los destinos atrasados” tienen que ver con las experiencias que a una determinada edad se deben haber tenido y sin embargo  no se tienen. 

Reflexionar sobre ellas, que es hacerlo sobre el “equilibrio” o el “término medio en el vivir”, es tan profundo, complejo y relativo, que resulta imposible obtener una respuesta; porque a mi parecer, teniendo en cuenta la influencia del medio, cada persona nace con una determinada inclinación y  con la necesidad de tener las experiencias que le permitan colmarla. Y si a esto le unimos la aspiración universal de nuestra mente, dirigida en último término a la inmortalidad, o/y a “la eterna juventud” que el cuerpo es incapaz de proporcionarle, llegamos a la conclusión de que ese equilibrio resulta en principio imposible; cuando a mayor abundamiento, a diferencia de antaño, la ciencia nos ha dado la esperanza íntima de que “todo” lo es. 

Esta realidad nos hace rebeldes e inconformes con nuestro estado, sea cual sea. Los jóvenes, aunque parezcan conformarse con la realidad virtual de las imágenes de las cosas, permanecen como seres atolondrados, y al darse cuenta, aspiran a tener experiencias más allá  de los límites que les impone su cuerpo. Los maduros andan presos de adolescencia prolongada, o de la inquietud de no poder encontrar el equilibrio que todo ser precisa; como si hubieran desperdiciado el tiempo, o no pudieran llegar ya, y mientras tanto se consumen en olvidos o banalidades intrascendentes. Y los mayores se comportan como viejos a quienes les falta tiempo, en lugar de hacerlo como ancianos que lo tienen en sí mismo fruto de la experiencia, y les hace servir de ejemplo.

¿Que nos queda?: a mi parecer, adecuarse a la vida, ser conscientes en cada momento de lo que se es; y en última instancia, no como algo impuesto, sino como una actitud ante ella, conformarse. 


JMC




Comentarios

Entradas populares