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EL COMPORTAMIENTO DE LOS NIÑOS EN LOS RESTAURANTES.



ESTE RESTAURANTE NO ES EL PATIO DEL COLEGIO.


Hace pocos días un amigo  me pidió que escribiera sobre este tema: El comportamiento de los niños en los restaurantes.


Muchos padres salen a comer a restaurantes con sus hijos y en ocasiones se reúnen con otros amigos que a su vez llevan a sus hijos.


La verdad que es muy bonito cultivar la amistad y disfrutar de ella. Las reuniones de amigos ayudan a perder el estrés, a compartir los problemas a buscar soluciones entre todos, todo esto está fenomenal. 


Si observas a estos grupos en los restaurantes te das cuenta que la mayoría son muy felices y se olvidan, entre platos, vinos, cervezas y chupitos de que llevaron un puñado de niños que en cuanto terminan el filete con patatas fritas y se comen el helado, se apoderan del espacio del comedor como si se tratara del patio del colegio. Corren, gritan juegan al pilla pilla entre las mesas, se tiran al suelo con el peligro de que el camarero tropiece y derrame  la comida encima del niñito, que inmediatamente va corriendo a llorarle a sus papás. Con un poco de suerte ese camarero no recibirá una bronca, pero en la mayoría de los casos, sí.


¿Qué está sucediendo en nuestras familias?


¿Ya no se enseñan modales de comportamiento?


Algunos padres se creen que porque paguen una generosa factura por esa comida de grupo, tienen adquirido el derecho de guardería y si sus hijos molestan al resto de comensales, que se aguanten.


Me niego rotundamente a estar en un restaurante donde no puedes comer con tranquilidad. 


Recomiendo a esos padres que elijan locales que ofrecen servicios de parque infantil en el exterior y sobre todo que enseñen a sus hijos unas normas mínimas de comportamiento ante la mesa y respeto hacia los demás.


Comentarios

  1. Que horror tan grande y que vergüenza tener que leer comentarios como este en pleno siglo XXI. ¿Y usted es la señora que anuncia un despertar y ser un ser holistico con una vida holistica?
    Los niños son ante todo Seres Humanos: como lo fue usted, y como lo fuimos todos en algún momento. Son nuestro futuro.
    Es una aberración para nuestras futuras generaciones que aún existan personas que como usted relegan a la infancia y a los niños a la categoría de ciudadanos "de segunda" a los cuales tenemos que apartar en guarderías y sitios especializados para que no "molesten". Pero claro, como todo, supongo que su muy humilde opinión viene dada por viejos patrones y creencias limitantes que forman parte de la obsoleta educación que le dieron. Así nos va.

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  2. tomamos por niños buenos los que no se mueven, los que se están quietos, los que obedecen sin rechistar, los que duermen, los que no lloran, en definitiva, los que no molestan a los adultos. Pues me van a perdonar, pero yo prefiero que los niños puedan pensar y no obedecer sin preguntarse nada. Eso no es la esencia de la infancia.


    Un niño ha de explorar, tiene que jugar, romper cosas, sí, sí, romper cosas, porque ellos no distinguen entre tu figurita de Rusia y una revista, para ellos tienen el mismo valor.

    Por supuesto, que hay que enseñarles y ponerles límites, son absolutamente necesarios. La cuestión, y aquí querido lector está la clave, es el cómo se ponen esos límites.

    No existe una etapa de la vida tan maltratada como la infancia. Los menores sufren humillaciones continuas y faltas de respeto constantes. Desde mira, es que es un terrorista, hasta, está hecha una filfa que no come nada, me tiene harta, hasta cosas muchos peores como cachetes, bofetadas o ridiculizaciones del tipo: ¿es que eres idiota? ¿No ves que nos estás interrumpiendo? Te lo he explicado mil veces ¿es que eres bobo o qué te pasa? y me quedo corta, muy, muy corta.

    Sin embargo, para ganarse el respeto de los niños, hay que hacer todo lo contrario, tratarles con respeto y ESTAR con ellos, el mayor tiempo posible.

    Pero es que se pone imposible, me dirán. Patalea, grita, llora…pues lo siento, su hijo tiene un sistema nervioso que aún no está desarrollado y no sabe regularse, usted sí. Así que el que tiene que comportarse como un adulto es el adulto. El que no tiene que gritar ni descargar su ira con una bofetada es el adulto.

    Porque no, una bofetada no quita ninguna tontería. ¿O es que usted en el trabajo, si discute con alguien, le arrea una bofetada? O si se confunde en su trabajo, ¿le gusta que le corrijan con respeto, o con humillaciones y gritos?

    Pues háblele a su hijo como hablaría a su jefe.

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  3. Ud. mismo lo ha dicho, se trata de límites y de respeto, o... ¿sólo tienen derechos los niños?
    El problema no está en los niños, está en los padres que son los que no se ocupan de ellos, tal y como Ud. reconoce y se menciona en el artículo. Creo que no ha leído bien, sobre todo el final.
    La libertad es siempre un tema de debate muy controvertido.

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