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¿QUÉ SERÍA DE LA SEMANA SANTA SIN BANDAS DE MÚSICA Y COROS?

 Durante estos días de Semana Santa todas las ciudades y pueblos de nuestra geografía disfrutan, cada uno a su manera, de unas de las festividades más populares: LA SEMANA SANTA. Las calles se llenan de gente, las iglesias se completan para escuchar a los numerosos  coros, que en los días previos a la gran Semana, nos anuncian que llegan las procesiones con el fervor y devoción de las cofradías, que durante todo el año se preparan para procesionar por las calles. Los acompañantes aguantamos horas y horas viendo desfilar la grandeza de los pasos con las extraordinarias imágenes, que nos recuerdan el sufrimiento  y muerte de Jesús. Alguien se ha preguntado ¿Qué sería de las procesiones sin la música de las BANDAS? La música de las marchas hace que  a los costaleros que llevan los pasos les resulte más llevadera la carga, que los visitantes se orienten por la ciudad y localicen las procesiones, pero lo más importante es que consiguen llevarnos a todos a momentos de emoc...

PSICOLOGÍA DETRÁS DE LA BARRA DE UN BAR

 

Me he encontrado con una psicóloga detrás de la barra de un bar, sin el título otorgado por la universidad, pero concedido por la universidad de la vida y la experiencia.

Ana Arroyo, es una camarera que atiende a los clientes con una sonrisa permanente, una palabra agradable y con una empatía hermosa. 

Seguramente, como cualquier persona, tendrá días buenos y no tan buenos, pero sabe dejar sus penalidades al cerrar la puerta de su casa.

La he observado y su capacidad de escucha es tan grande, que muchos psicólogos podrían aprender de ella.

Hace sentir a cada cliente como una persona especial, sin hacer distinciones.

Llego a la conclusión de que Ana es una psicóloga de categoría.

Trabajar de cara al público  no es fácil en cualquier profesión, pero a un bar acuden personas  por diferentes motivos: a celebrar con amigos, a pasar un buen rato y también a descargar sus penas y tristezas, por eso cuando te encuentras a una camarera o camarero que te mira a la cara y  es capaz de descubrir que tu estado de ánimo  no es el mejor y logra que te abras, sueltes tu preocupación, para poder salir del establecimiento con otra actitud más positiva, es digno de admirar.

Desde estas líneas agradezco a todas las personas que como Ana, saben atender a los clientes como seres únicos, olvidando sus problemas o aparcándolos hasta que regresan a sus casas.

El lado obscuro de estas condiciones laborales es que estas trabajadoras generan envidias  en su entorno y sobre todo con compañeros que suelen estar amargados, pero quiero animarlas para que no cambien porque los clientes necesitamos personas como ellas.

En el firmamento hay espacio para que todas las estrellas brillen, no hay que apagar a nadie para brillar más.




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