Ir al contenido principal

Destacados

¿QUÉ SERÍA DE LA SEMANA SANTA SIN BANDAS DE MÚSICA Y COROS?

 Durante estos días de Semana Santa todas las ciudades y pueblos de nuestra geografía disfrutan, cada uno a su manera, de unas de las festividades más populares: LA SEMANA SANTA. Las calles se llenan de gente, las iglesias se completan para escuchar a los numerosos  coros, que en los días previos a la gran Semana, nos anuncian que llegan las procesiones con el fervor y devoción de las cofradías, que durante todo el año se preparan para procesionar por las calles. Los acompañantes aguantamos horas y horas viendo desfilar la grandeza de los pasos con las extraordinarias imágenes, que nos recuerdan el sufrimiento  y muerte de Jesús. Alguien se ha preguntado ¿Qué sería de las procesiones sin la música de las BANDAS? La música de las marchas hace que  a los costaleros que llevan los pasos les resulte más llevadera la carga, que los visitantes se orienten por la ciudad y localicen las procesiones, pero lo más importante es que consiguen llevarnos a todos a momentos de emoc...

TU CARA ME GRITÓ TU DOLOR



 Hace más o menos dos meses que nos encontramos por primera vez , pero después de media hora de conversación, sentí que te conocía de toda la vida. Los temas fluyeron porque nos une la profesión y los valores sociales. A partir de ese momento la comunicación ha sido por teléfono, mensajes de whatsApp 
y Facebook.

Hace una semana nos volvimos a encontrar, esta vez más relajadas y compartiendo mesa y conversación con nuestras parejas, pero yo miraba tu cara  y aunque no decías nada, yo sentía que un dolor estaba recorriendo tu cuerpo.  Por momentos recordé esa fría sensación que en tantas ocasiones se apodera del mío y aunque quieres disimular, no puedes. Observé tu cara desencajada y me pareció que habías envejecido diez años. Un fuerte deseo por ayudarte me impulsó a ofrecerte un remedio natural para que te aliviara el dolor, pero en realidad este es el fruto de tanta carga, tantas preocupaciones,  tantas responsabilidades, tanto sentimiento de culpa y la impotencia por no poder gritar a los cuatro vientos todo lo que llevas dentro.

Querida amiga, sé como te sientes y me he visto reflejada en tí. ¡Cómo te comprendo aún sin decirme nada!

Me gustaría poder ayudarte más,  pero eres tú la que tiene que levantar el ancla y soltar amarras. Deja que la marea de tu vida diaria te haga navegar por mares desconocidos y encuentres un puerto o una playa donde puedas por fin descansar.


Comentarios

Entradas populares