Ir al contenido principal

Destacados

EL VALOR DEL TIEMPO

¿Cuánto vale nuestro  tiempo?   Cuantificar el valor es imposible porque para cada persona es diferente dependiendo de su escala de valores o de las necesidades.  Me gustan las personas que saben dedicarse tiempo para ellas mismas y para su familia y amigos. Vivimos en una época en la que todo pasa muy deprisa no sabemos parar ni un minuto, nos introducimos en la rueda de la inercia que nos lleva a una velocidad de vértigo.  El día tiene 24 horas y algunos dicen que necesitarían  30. Me gustaría que reflexionáramos sobre una buena planificación y organización de actividades y observar los buenos resultados. Eliminar las cosas superfluas que nos roban minutos, hora s, como puede ser el enganche a las redes sociales , es otra manera de aprovecharlo. Las personas mayores en ocasiones se suelen arrepentir de no haber pasado más tiempo con los familiares y los amigos y haber dedicado mucho más de lo necesario al trabajo.  No esperemos a ser mayores para disfrutar y dedicarnos tiempo a  no

Más chuletas en el plato y menos "chuleta" en el plató

 


Seguramente te pasará como a mí que estoy harta de tanta información de granjas. Los políticos se pasean de plató en plató, de emisora en emisora, apareciendo en todos los medios de comunicación audiovisual, escritos y redes sociales. 

Nos están tomando por ignorantes, todos sabemos que estas noticias son una fachada para tapar los verdaderos problemas que nos preocupan.

Que le digan a los jóvenes que no encuentran trabajo o que tienen que compartir piso porque el sueldo no les alcanza, que le cuenten, a los que acuden a las colas del hambre para que les den los alimentos básicos porque necesitan alimentar a sus familias, lo que es una chuleta en el plato, tal vez hace mucho tiempo que no la comen.

Señores políticos de un lado y de otro, si quieren apoyar a los ganaderos y agricultores, cuelguen sus trajes de marca y colóquense por un día las botas y monos de trabajo y sustituyan a un pastor, a un granjero, o a un agricultor, simplemente una jornada completa de sol a sol para que ese hombre de campo se pueda dedicar a relajarse.

Les quiero recordar que las palabras conmueven, pero el ejemplo arrastra.

¡Basta ya de utilizarnos y enfrentarnos para ocultar los verdaderos problemas de este país: la precariedad laboral; la falta de empleo y sueldos míseros que no dan para comprar chuletas, es que no se pueden ni comprar lentejas!, sin olvidar algunas de las corruptelas a las que nos tienen acostumbrados.

A nuestros lectores les recuerdo que dejemos de alimentar estos debates de ganaderías extensivas e intensivas, porque el verdadero problema está en que, con estas argucias, pretenden distraernos y ocupar nuestras mentes para que no seamos personas críticas y con criterios propios. 

No dejemos que nos conviertan en rebaños, que con silbidos nos llevan por donde quieren, seamos libres para decidir con verdadera libertad.

Nati Cabezas



Comentarios

Entradas populares